sábado, 13 de agosto de 2011

HISTORIA DEL BONSAI

El arte De los arboles miniaturas, mayormente conocidos como bonsái se originó en China, aproximadamente  hace unos dos mil años.
Era objeto de culto para los monjes taoístas , porque para ellos era símbolo de eternidad, los árboles representaban un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsáis estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad, porque según la tradición, aquellos que podían conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad.
Los monjes ponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos, para ser fuente de culto.
En el sur de China, este arte consistía en transmitir todas las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reproducir estos árboles según los existentes en las altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las adversidades climáticas.

Fue llevado a Japón aproximadamente hace unos 800 años, donde se ha estado perfeccionando y evolucionando hasta el arte actual que conocemos.  
Podemos decir que un bonsái no es una planta genéticamente empequeñecida, que se mantiene pequeña dándole forma, podando el tronco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo, dependiendo de la especie.
Si se cultiva correctamente, vivirá el mismo tiempo que un árbol de la misma especie que este en un ambiente natural, pero si no lo hacemos probablemente morirá.
En general, cualquier especie arbórea o arbustiva puede ser cultivada como bonsái, pero las más apreciadas  son aquellas que tienen las hojas pequeñas de forma natural y además son resistentes al cultivo en maceta.  

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